viernes, 16 de diciembre de 2016

A nuestra CUBA LIBRE solo le faltan LIBERTADES


Los cubanos realmente vivimos en una CUBA geopoliticamente LIBRE desde 1902 que dejamos de ser una colonia de España. No somos ni feudo, ni anexo de ningún otro estado, no nos gobiernan ni nos dirigen desde fuera de Cuba. 
Pero a nuestra CUBA LIBRE solo le faltan LIBERTADES. Libertades que nosotros los cubanos no hemos sabido exigir hasta ahora, ya que preferíamos mantenernos callados por miedo al propio policía que llevamos inculcado dentro, de nosotros mismos, o bien preferíamos salir en busca de las libertades ajenas ya existentes en  otro país.

El sábado, finalmente después de 2 años, un amigo mío logro salir de Cuba rumbo a Miami en busca de esas libertades individuales que a día de hoy no hemos sabido exigir ni reclamar. En busca sus libertades ha dejado de manera irreversible, ante la imposibilidad de retorno, a sus padres ya mayores con las lágrimas en los ojos que desvelaban el triste escenario de un adiós convertido en hasta nunca.

Actualmente ya nadie podría decirme a ciencia cierta cuantos cubanos han salido de Cuba a cualquier parte del mundo desde el 1959; tan solo se supone que desde hace ya algunos años, solo, en Florida sobrepasan los 2 millones, en resto de Estados Unidos y del mundo se desconoce la cantidad exacta.

Si paseamos por las calles de la Habana y prestamos oídos a la inmensa mayoría de sus habitantes de entre 25 a 40 años de edad, repito la inmensa mayoría, sueña con la posibilidad de irse de su tierra, de su casa, de su barrio para comenzar a vivir la triste vida del exiliado tan solo para buscar las libertades que no encuentra en su Cuba Libre.

A todos los que se van el oficialismo cubano les llama traidores, gusanos, vende patria, vendidos, aliados del imperio, contra revolucionarios y muchos otros improperios ya gastados pero no menos repetidos con el fin de descalificar al que se marcha en busca de esas libertades personales carentes en nuestra patria.

Tal parece que todos los cubanos debiéramos o tendríamos que pensar de manera igualitaria, no se acepta, a día de hoy, a una voz dentro de Cuba que pida un cambio de libertades, aunque estas sean de manera moderada. Simple y llanamente no se admite, no se tolera, no se permite y no se aceptan comentarios, reclamos o exigencias que den pie al más mínimo de los cambios en el concepto de libertades individuales.

Cuba es un país mestizo somos una mezcla de africanos, chinos, españoles, italianos, y judíos. Somos una mezcla única y al mismo tiempo diversa que ha dado lugar a trigueños, blancos, mulatos, achinados, pelirrojos. Tenemos y somos de todo un poco. Como dijera Nicolás Guillen, en cuba, “él que no tiene de Congo, tiene de carabalí” 

Si entre cubanos nos aceptamos tal como somos físicamente, si aceptamos los gustos culturales diversos de nuestros compatriotas: -porque no a todos nos gusta la salsa, ni el son, ni la música clásica, ni el buen sonar de un Batá-, y nos aceptamos y nos respetamos de igual modo, entonces por qué no aceptamos abiertamente y sin hipocresías que al igual que hay en nuestra tierra santeros, abacuas, paleros, católicos, protestantes, judíos, ortodoxos y ateos también hay cubanos que creen en el socialismo duro, los que creen en el socialismo democrático, los que son abiertamente de derechas y que también hay personas de centro derechas y cubanos apolíticos.

Que nos pasa a los cubanos que no podemos respetarnos en ese punto tan elemental como es el del libre credo político, libre opinión y afiliación política, que coexisten en el resto del planeta y a nosotros y a nuestros dirigentes actuales aun nos cuesta tan siquiera pensar en esa idea y en ese día que finalmente podamos también ser aceptados y respetados, al igual que somos aceptados por nuestro color, gusto de música, o credo religioso.

Nunca el estado tilda de mal cubano al que no baile, o no beba, ni al que es de una confesión u otra. El Estado tampoco acusa de traidores a los cubanos por su color de piel o preferencias culturares o sexuales. Entonces hasta cuando permitiremos que el estado nos insulte por pensar 5 milímetros más allá de la línea marcada por unos pocos del PCC central. 

Los cubanos tenemos raza, cultura, tendencias y credos diferentes. También en lo concerniente a la visión política inmóvil del socialismo actual pensamos de diferentes maneras.


Es hora de reclamar, exigir y aceptar nuestras libertades de pensamiento y expresión. Es hora de sacarnos al policía del terror que llevamos dentro para comenzar de una vez y por todas a ser libres en nuestra CUBA LIBRE.

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