lunes, 19 de diciembre de 2016

Socialismo, huir, o Muerte




La simbólica y suicida frase de Fidel Castro: “Socialismo o MUERTE” se ha convertido en una triste realidad en los últimos 57 años. Desde 1959 más de 2 millones 500 mil cubanos abandonaron su patria huyendo de un absurdo, del cual fueron visionarios, poniendo así en riesgo su vida y la de su familia, cruzando en masas el estrecho de la Florida después del 1959.

Como si fuera la frase premonitoria del futuro de nuestra nación, desde el año 1961 en que Castro se declarase abiertamente socialista, después de haber negado que era comunista, y promulgara su idea firme de “socialismo o MUERTE” miles de cubanos han muerto en las aguas del Caribe escapando del futuro incierto, represivo y tenebroso del terrorismo de estado al que nos han sometido.

Terrorismo de estado que usa la policía nacional, para reprimir a un pueblo, vestida de pueblo para ser confundidos con simples ciudadanos

Terrorismo de estado que deporta hasta cinco años fuera de la Habana, “la capital de todos los cubanos”, a los que no residan de forma permanente en ella y a su vez dificulta, o casi impide la migración legal hacia nuestra capital; capital que todos hemos ayudado a construir y a mantener.

Terrorismo de estado, que plasma en su código penal: la convicción moral, que permite a un tribunal de justicia sentenciar a un presunto inocente a falta de pruebas inculpatorias de cualquier hecho y de cualquier índole, que también da a ese tribunal la potestad de encarcelar sin motivo, bajo la injusta e injustificada ley de peligrosidad social, que no es más que la ley anti vagos, llámese vagos a los que no están dispuestos a trabajar para el estado cubano por 10 dolares el mes de salario neto.

Terrorismo de estado que permite retenerte en una prisión pendiente a juicio por tiempo indefinido, aunque la ley, sólo en papel diga lo contrario.

Terrorismo de estado que te acusa de contrarrevolución si optas por expresarte en contra de los dogmas del único partido existente y permitido; o te acusa de causas comunes si realizas acciones de protesta contra el régimen, usando entonces la fachada de escándalo público, si protestas; o afeado del entorno público y desacato a figuras del estado, si en una pared escribes “Abajo Fidel”. 

Terrorismo de estado que prefiere contaminar a un pueblos enteros como Mariel, Moa y Nicaro exterminando a sus habitantes con los desechos tóxicos de sus fábricas de Cemento y Níquel, a tener que invertir en los sistemas de filtros necesarios, para evitar así que su población continúe muriendo precipitadamente de cáncer y afecciones pulmonares agudas, ya que al parecer les resulta más barato fabricar cajas mortuorias que eliminar el dolor de tantas familias año, tras año.

Terrorismo de estado que no te da derecho a pensar, porque como bien dicen: ya el partido pensó por tí. Y si piensas estás obligado a vivir en una doble moral o a huir del del sistema.

Terrorismo de estado que no te permite, como pequeño emprendedor, a crecer más de lo que ellos te tienen estipulado, ya que de otra manera, no serias un pequeño empresario de éxito sino un ciudadano que comete enriquecimiento ilícito.

Terrorismo de estado, que no te permite entrar y salir de tu país libremente, ni regresar a vivir en él si un día atrás decidiste abandonarlo. Que no te da oportunidad de ver, escuchar o siquiera leer en Internet abiertamente (cientos de Webs noticiosas bloqueadas en Cuba) las noticias del mundo, porque de eso ya se encargan ellos por ti, mostrándote, sólo, las calamidades y penurias de ciertos países occidentales; lo bueno y lo cotidiano, eso nunca te lo muestran.

Terrorismo de estado que sigue engañando a un pueblo con el mito de la educación y salud gratuita, que ni son tan gratuitas, ni son logros únicos y exclusivos de Cuba.

Terrorismo de estado que no te permite hablar libre y cotidianamente con periodistas, ni turistas extranjeros, ya que te juzgarían penalmente por asedio al turismo, todo con el fin de que los cubanos no sepan la realidad del mundo, ni que el mundo sepa la realidad de los cubanos, contada por sus propios labios.

Terrorismo de estado que determina, incluso, quién puede comprar un auto nuevo o quién no y hasta el monto que puedes gastar en ese auto cuando ellos te lo autorizan.

Terrorismo de estado que te obliga a afiliarte a su partido único si quieres desempeñar ciertos trabajos y cargos administrativos.

Terrorismo de estado que ha ejecutado, digámoslo claramente: asesinado a muchos de sus opositores cubanos, en los Estados Unidos,  en Europa y a otros dentro de la misma Cuba. Yo mismo fui victima de un atentado por los órganos del departamento de seguridad del estado cubano -G2- en el año 2009.

Terrorismo de estado, que ha financiado o patrocinado guerrillas y grupos armados en todo el mundo desde sus inicios. Sólo tenemos que recordar: El Congo, Angola, Etiopia, las FARC Colombianas, Bolivia, Nicaragua, ETA en España, Los Macheteros de Puerto Rico, por sólo citar algunos de los más conocidos y tristes ejemplos. 

Terrorismo de estado que nos deja sólo una opción viable: “(aceptar el) Socialismo o Muerte (en las aguas del Caribe buscando la libertad soñada). 





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