martes, 27 de diciembre de 2016

Pánico en Zanja 668: la tragedia es inminente


El edificio, declarado inhabitable desde 1966, está a punto de desmoronarse con sus habitantes dentro


LA HABANA, Cuba.- Ileana Bargo de 47 años vive albergada desde los 12 en un edificio declarado inhabitable e irreparable desde 1966. En 1981, el inmueble ubicado en Zanja 668, Centro Habana, fue catalogado como “albergue de tránsito” por las autoridades de la Dirección Municipal de Vivienda (DMV), quienes desde entonces planificaron su demolición.
Ileana contó a CubaNet parte de la historia del inmueble.
“Desde los años 60 los vecinos de la ciudadela están reclamando salir de aquí (…) Según mi abuela, en el año 72 fueron otorgadas viviendas a la ciudadela y los funcionarios que trabajaban en esa época en la Reforma Urbana las vendieron”.
El edificio de 52 habitaciones conocido como “El Artesano”, construido en 1902, ha sido un motivo inagotable de corrupción, que apunta curiosamente a exfuncionarios estatales.
Según los registros de la DMV, se habían llevado a cabo la entrega de viviendas para las familias albergadas, y en la década del 90, el inmueble se había demolido. Para asombro de las víctimas durante las reclamaciones, algunos de ellos conocieron que no rezaban como albergados. Los registros los ubicaban como beneficiarios de apartamentos entregados en un edificio moderno construido a cien metros de “El Artesano”. Otros aparecieron ubicados en diferentes municipios de la capital.
En enero del 2012 se desplomó parte de las estructuras de los pisos. El derrumbe estalló las alarmas institucionales, que enfrentaban la muerte de cuatro personas, entre ellas tres estudiantes de secundaria, enterradas por un derrumbe ocurrido a trecientos metros de la ciudadela.
Yunei Puente, nacida en el albergue de Zanja 668, declaró a CubaNet que a partir de esa situación se otorgaron locales y viviendas a los afectados del primer y segundo piso quedando pendientes las 7 habitaciones de la planta baja, conocida como “La trinchera” donde residen 17 familias que incluyen a 16 menores de edad.
“Nos dijeron que iban a recuperar la planta baja después que demolieran los pisos superiores (…) Nosotros nos quedamos tranquilos porque si el gobierno nos dice eso, nos quedamos esperando a que llegara el momento”.
Lilian Moreno, también vecina, contó a CubaNet que la corrupción continúa.
“Desde que sacaron a las personas del primer y segundo, y le dieron casas en Versalles, hicieron más de diez edificios allí, en donde nos podían haber ubicado a nosotros (…) Nos dijeron que iban a demoler los pisos de arriba para salvar la planta de abajo pero tampoco vinieron a demoler y no han hecho más nada”.
Las viviendas del Reparto Versalles, en el municipio Lisa, fueron reconstruidas a partir de barracas que albergaban a constructores de otras provincias que trabajaban en La Habana.
Al respecto Ileana Bargo advirtió:
“Cuando repartieron las casas en Versalles, dos de ellas fueron vendidas porque hay dos familias que viven allí que no son de Zanja 668. Esas viviendas fueron construidas para nosotros”.
Ileana acusa a los funcionarios de la Dirección Municipal de Comunidades de Tránsito. “Con eso tienen que ver las compañeras técnicas especialistas de albergue, que son las encargadas de repartir las viviendas”, añade.
Ante las promesas no cumplidas, en el 2014 los afectados retomaron las demandas en la Dirección Provincial del Partido Comunista de Cuba, la Asamblea Nacional del Poder Popular y la Dirección Provincial de Albergues de Tránsito.
“Nos reunimos con Bárbara Araujo, la directora de la Dirección Municipal de Albergues, y nos dijo que nosotros nos íbamos de aquí (…) Una decisión diferente a la que había tomado el gobierno unos años atrás”.
La invasión de “Okupas”
Cuando los pisos superiores fueron desalojados, las autoridades no tuvieron en cuenta la crisis habitacional en La Habana. El acceso hacia los pisos superiores está siendo utilizado para repoblar los cuartos que no fueron sellados por las autoridades.
Los nuevos inquilinos se las arreglan ubicando puentes de madera en los tramos de pasillos aéreos desplomados. Quienes residen en “La Trinchera” aumentan su temor de morir bajo los escombros, pero no tienen a dónde acudir para eliminar el problema.
“Estamos desamparados”, expresa Ileana al referirse a la repoblación del primer piso, desalojado por el peligro de derrumbe.
¨No tenemos un Jefe de Sector (policía) que se preocupe por nosotros, no tenemos un Jefe de Consejo, alguien que se preocupe por lo que pasa aquí (…) Ha habido problemas dentro de la ciudadela con las personas que se colaron en el primer piso”.
En enero de este año dos de los residentes en la cuartería se entrevistaron con el segundo jefe de la policía de la localidad. El tema a tratar fue el peligro a que se están exponiendo con la ocupación de los pisos superiores.
El jefe policial les informó que todos los viernes se realizan reuniones con los dirigentes locales, por lo que todos conocen la situación de Zanja 668.
“Nos preguntamos –se lamenta Ileana- si todos conocen la situación, ¿qué han hecho? ¿Están esperando a que haya una desgracia?”.
Por: Augusto César San Martín y Rudy Cabrera

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